Ya empezó Gran Hermano

Ya empezó Gran Hermano, o “Gran Toyaco” como se le llamaba entre los amigos en sus primeras ediciones. Ahora mismo estoy en casa, de espaldas a la tele, donde está puesto Gran Hermano, y me recuerdo a mi abuela, cuando, enemiga de la tecnología que era, se ponía de espaldas a la tele, o fregaba los platos a mano a pesar de haber lavavajillas en casa de mis padres. Pero el caso es que hay que reconocerlo: la mejor manera de no caer en las drogas es no probarlas, y eso es lo que pretendo hacer. Teniendo en cuenta que creo que vamos a tener Gran Hermano en casa todos los días, pues lo mejor es tratar de evitar por todos lo medios verlo, para no caer en la tentación ni en la adicción. Y es que sí, hermanos, aunque por lo que he escrito hasta ahora parecería que soy un antitele, nada de eso, la tele es droga, me da igual lo que echen y me trago lo primero que vea. Por eso, precisamente por eso, es por lo que pretendo ver Gran Hermano lo menos posible. Habrá que ver qué hago entonces para pasar el rato…