The Túzaro

Ritual de antes de dormir

Posted in Éste y sus cosas, Batallitas, Cómics by thetuzaro on 3 noviembre 2013

Iros a hacer puñetas

Secuestro mañanero

Posted in Batallitas, Cómics by thetuzaro on 18 junio 2013

bbc radio 4

Un tebeo autobiográfico

Posted in Batallitas, Cómics by thetuzaro on 16 junio 2013

Jiménez del Oso

Camaradería hispana en el extranjero

Posted in Éste y sus cosas, Batallitas, Cómics by thetuzaro on 7 abril 2013

Españoles por el mundo

Día Internacional de la Mujer: un detallito de y para Elena

Posted in Batallitas, Cómics, Elena by thetuzaro on 8 marzo 2013

IWD

Occupy Bristol

Posted in Batallitas, Cómics by thetuzaro on 18 noviembre 2012

 

Song of Choice

Posted in Éste y sus cosas, ¿Qué dicen tus letras?, Batallitas, Lecturas y reflexiones by thetuzaro on 30 septiembre 2012

Me pasa a veces que descubro una canción que no había escuchado nunca antes, y de repente se produce un flechazo, la canción me encanta, aprendo a tocarla con la guitarra y acabo obsesionado con ella. La mayoría de las veces, la letra de la canción está en inglés, y no la entiendo a la primera si no la leo. Desgraciadamente, en muchas ocasiones, leer la letra supone un jarro de agua fría: ¿estas tonterías dice esta canción que me gusta tanto? Por fortuna, hay otra veces en que leer la letra y entenderla no hace sino añadir méritos para que me guste la canción en cuestion. Éste es el caso de la canción de la que quiero hablar hoy: Song of Choice, de Crazy Arm.

En junio pasado, Lag Wagon vinieron a tocar en el Thekla de Bristol, un barco fondeado en el puerto que alberga entre otras cosas una sala de conciertos. Por supuesto, Elena y yo fuimos a verlos. Uno de los teloneros de los californianos fueron los ingleses Crazy Arm, que recordaban por momentos a una mezcla entre Queens of the Stone Age (pero más blandos) y Bruce Springsteen (pero más duro), aunque no soy yo muy bueno para buscar referencias musicales: ya sabéis que lo mío son los cómics.

En un momento del concierto tocaron una canción de marcado estilo folk que nos encantó.Al día siguiente corrí al Youtube, y gracias a que la gente sube canciones para que las podamos oir por la cara, pude escuchar varios temas de este grupo hasta que di con el que nos había gustado tanto. Buscando un poco más he descubierto que es una versión de un tema de la cantante folk americana, Peggy Seeger, que también han versioneado gente como Dick Gaughan o Solas. Es un canto a tomar partido y a pasar a la acción antes de que los demonios de este mundo, en particular el fascismo, sean tan fuertes que no nos los podamos quitar ya de encima: no puede estar más de actualidad. Os dejo la versión de Crazy Arm, que es la que musicalmente me gusta más, aunque la letra está cambiada un poco para hacer referencias a problemas locales de Inglaterra. También, os dejo una traducción de la letra que me he marcado en un momento. La versión de Peggy Seeger la podéis escuchar aquí, y aquí podéis leer la letra (con acordes para guitarra y todo).

Sin más, el vídeo (en la mejor versión en directo que he podido encontrar, con otra canción de regalo) y la traducción.

A principio de cada año, las semillas crecen. Sin que se las vea ni se las oiga, yacen bajo el suelo. ¿Podrías decir, antes de que salgan las hojas, si tu jardín se va a llenar de malas hierbas? Si cierras tus ojos, paras tus oídos, y cierras tu boca, ¿como lo puedes saber? Puesto que las semillas que no oyes puede que no estén ahí, las semillas que no ves puede que nunca crezcan.

En enero aún tienes la oportunidad. Puedes cortar la hierba antes de que empiece a brotar. Si las dejas crecer fuertes, acallarán tu voz, y en diciembre puedes pagarlo con tu sangre. Cada día un buitre emprende el vuelo, un nuevo peligro nace cada mañana. En la oscuridad de tu ceguera la bestia aprenderá a morder. ¿Cómo vas a luchar si no reconoces una señal de peligro?

Así que cierra tus ojos, deja de oir, cierra la boca y tómatelo con calma. Que otros tomen la iniciativa, tú te encargarás de la retaguardia. Más tarde podrás decir que no lo sabías.

Hoy puedes ganarte la vida, mañana puedes cobrar el paro. Aunque hay millones pasando hambre, no hace falta que lo dejes, puesto que son ellos, y no tú, quienes están en el agujero. Está bien que vayas con el grupo. Está bien que estés de acuerdo con lo que hacen. Si el fascismo está volviendo lentamente, aún no está aquí, así que, ¿qué tiene que ver contigo?

La EDL esta defendiendo a Inglaterra, pero no la Inglaterra que yo quiero ver. Como ateo estaré codo con codo con sijs y musulmanes para negar a los racistas cualquier victoria. El neonazi de Nik Griffin se sienta en primer fila y mil feos macarras levantan sus brazos. Bueno, mataría a esos bastardos antes de que su odio se extienda. La basura nazi nunca deber tomar el poder. El BNP nunca llegará a gobernar mi tierra.

Así que cierra tus ojos, deja de oir, cierra la boca y nunca te atrevas. Y si pasa aquí, nunca vendrán a por ti, porque sabrán que a ti nunca te importó de verdad.

Videncia televisiva: El Maestro Joao, La Reina del Gurú y Los Poderes de Fefi

Posted in Batallitas, Columnas by thetuzaro on 21 enero 2012

Durante las últimas vacaciones de Navidad, como tantos otros emigrantes, hemos vuelto a España para pasar unos días con la familia, tanto la peninsular como la insular. En Gran Canaria, al llegar a casa cada noche, veíamos la tele y hacíamos un poco de zapping. Como hacía mucho tiempo que no veíamos la programación nocturna de los canales locales, estábamos un poco desactualizados en lo que a pitonisos nocturnos se refiere y nos pudimos poner bastante al día. Hoy quiero hablaros de dos programas que pudimos ver, y que nos llamaron la atención porque tenían algunas características que nunca habíamos visto. Estoy hablando de El Maestro Joao y de Los Poderes de Fefi/La Reina del Gurú.

El Maestro Joao.

El Maestro Joao (El Elegido) es un vidente/pitoniso/brujo que aparecía en un canal del que no recuerdo el nombre (¿era Canal Club?, ¿La Tienda en Casa?). Lo primero que nos llamó la atención es que, entre consulta y consulta, no era el propio Maestro Joao el que se dirigía a cámara, sino su secretaria María Esther. María Esther es una madurita con pelo corto, que a mí me recordaba un poco a Susanna Griso. Tiene mucha labia y una voz muy televisiva, y se encarga de animar a los espectadores para que llamen a la consulta del Maestro. Cada vez que una llamada entra en antena, ella introduce al Maestro. «¿Quién eres?». «Géminis», «Adelante, te paso con el maestro».

Nos llamó mucho la atención también que, en cada llamada María Esther, preguntaba al cliente si había sido a su vez llamado por «el equipo». Una vez que la respuesta era afirmativa, el cliente podía hablar con el Maestro. La explicación de todo esto era un cartel sobreimpresionado en la pantalla que indicaba que las consultas eran gratuítas durante esa hora del programa. Es decir, el cliente llamaba al número de teléfono (obviamente un 806), y supongo que pasaría un largo tiempo en espera hasta que «el equipo» le dijera «cuelgue usted, que ahora le llamamos para que hable con el Maestro». Efectivamente, la consulta era, estrictamente, gratuíta… otra cosa es lo que hayas tenido que esperar para llegar hasta ese punto.

El Maestro es un señor… bueno, con pinta de pitoniso nocturno. Pasa consulta tras una mesa con velas y santos que variaba de día a día. María Esther promete que el Maestro está ahí para proporcionarte el cambio que necestias (que vete a saber tú cuál es), aunque a la hora de la verdad, parece que el Maestro  tiene una especialidad, que es quitar el mal de ojo. El proceso es bien sencillo. Primero el Maestro habla con el cliente que le suele decir que la cosa está muy mal. Entonces el Maestro mira unas pocas cartas del Tarot que, efectivamente, confirman que la cosa está muy mal: tiene pinta de que al cliente alguien le ha echado un mal de ojo. Pero no pasa nada, porque el Maestro está ahí para arreglarlo. Coge unas tijeras, las muestra a cámara, pidiéndo que el cliente las mire fijamente, y pronuncia, vehementemente, unas palabras mientras abre la tijera: «¡corta lo malo y entra lo sano!». Entonces la cosa ya se pone cómica: se empiezan a oir truenos mientras la cámara tiembla y al Maestro le da un trance fingido y tos mientras esparce sal sobre un cuenco haciendo la señal de la cruz. Cuando el Maestro vuelve en sí, el mal de ojo está curado y se despide del cliente diciendo «que Dios te bendiga, que yo ya lo he hecho», no sin aprovechar, en numerosas ocasiones, para hacer algún comentario general como «y cuídate la pierna». Pero vamos, mejor que los veáis en acción vosotros mismos.

Como los días que estuvimos viendo este programa eran los previos a la Lotería de Navidad, el Maestro Joao tenía otro as en la manga: ritualizar números de la lotería pasándolos por debajo del sobaco de una estatua de la diosa fortuna.

Por cierto, que según se puede leer en Menéame, el registrador del dominio de la página web del Maestro Joao es Youactor.es, una agencia de actores.

Tiene todo mucha gracia hasta ahora, ¿verdad? El problema es cuando te das cuenta de la gente indefensa que llama y a la que están sacando los cuartos, y ves que no se les cae la cara de vergüenza. Ahí es cuando nos entraban las náuseas y cambiábamos de canal.

Los Poderes de Fefi/La Reina del Gurú

Cuando cambiabamos de canal nos encontramos con un combo: La Reina del Gurú y Los Poderes de Fefi, todo en uno. En este programa teníamos a nada menos que tres malhumoradas marujonas a nuestro servicio: Fefi la de los poderes, Su Majestad la Reina del Gurú, y una convidada de piedra que sólo echaba cartas del tarot sobre la mesa sin decir ni pío.

Este es un programa un poco más modesto, en un canal local, dirigido al público grancanario. Lo curioso de éste es que el teléfono al que había que llamar no era un 806, sino un fijo normal de Las Palmas de Gran Canaria. Esto resulta chocante al principio, pero luego uno ya se da cuenta de cuál es la mécanica del trío pitoniso y de dónde sacan la pasta. Para todas y cada una de las llamadas que entraban en antena, la solución siempre pasaba por hacer una visita a las respectivas consultas que tienen La Reina y Fefi en la capital grancanaria. De hecho, el programa estaba trufado de situaciones surrealistas en las que las pitonisas ocultaban información relevantísima que sólo desvelarían si el cliente iba a alguna de las consultas mencionadas. Dos ejemplos (citados de memoria). El primero a cargo de Fefi: «no te preocupes, mujer, que la cosa no está tan mal, que me está saliendo una carta buena», le dice a la cliente, que contesta entre sollozos «¿ay, sí? ¡Dime cuál, que estoy desesperada!». «No, no, no, ven a la consulta y te digo cuál es». Segundo ejemplo, éste a cargo de La Reina (hablando a cámara): «¡Que nadie se atreva a llamar preguntando por nuestras tarifas que no lo vamos a decir! ¡El que quiera que se acerque a la consulta para que le podamos ayudar!».

¡Y todo esto gratis!

Todo lo que he contado hasta ahora parece muy cómico, y cuando lo cuento por ahí nos echamos todos unas risas, ¡y es que no es para menos! Pero lo triste es que hay una enorme cantidad de programas de este tipo (¿muchas decenas de programas?) donde la gente, digámoslo abiertamente, se aprovecha del prójimo, de gente desesperada, de gente con pocos conocimientos… Es repugnante, pero nadie hace nada. Las compañías telefónicas siguen proporcionando las líneas, las televisiones siguen emitiendo estos programas, los pitonisos siguen cobrando y los clientes siguen palmando pasta. Y a ninguno de los que finjen que les dan teleles mientras curan el mal de ojo o te cobran la llamada a cojón de obispo mientras te potencian tus números de la lotería parece que les vaya a pasar nunca nada. Y que nadie venga a decirme que la gente que pica en estos programas se lo ha buscado por torpe, ignorante o zoquete: el malo de la película es el que roba y robarle el bolso a alguien en silla de ruedas puede que sea más fácil que robarselo a alguien que puede correr, pero eso no lo hace más moral.

Los smartphones

Posted in Batallitas, Cómics by thetuzaro on 7 enero 2012

En el otro mundo

Posted in Batallitas, Cómics by thetuzaro on 20 julio 2011